lunes, 30 de junio de 2008

Agua en la Umbanda



El Agua es un factor preponderante en la Umbanda. Ella mata, cura, pune, redime, finalmente ella se halla presente en todas las acciones y reacciones en el orbe terráqueo, basta ejemplificar con las lágrimas, que son agua demostrando el sentimiento, sea positivo o negativo. Sabemos que tres cuartas partes del globo, del planeta que habitamos, es cubierto por agua; un 86,9% del cuerpo humano es compuesto de agua o carbohidratos; más o 70% menos de todo que existe en la Tierra lleva agua, haciéndose de esta forma el factor predominante de la vida en el planeta. Por esta razón, ella es utilizada en la Quartinha, en el vaso de firmeza de Ángel de Guardia.


COLOQUE UN VASO CON AGUA Del MAR O AGUA CON SAL ATRÁS De la PUERTA.


Cual es el porqué de esto? Por qué el agua tiene el poder de absorber, acumular o descargar cualquier vibración, sea benéfica o maléfica. Nunca se debe llenar el vaso de agua hasta la boca, porque ella crepitará. Al rezarse una persona con un vaso de agua, todo el malefício, toda la vibración negativa de ella pasará para el agua del vaso, haciéndola embaciada; si no hay apenas alguna, el agua se quedará fluidificada. Nunca se debe encender vela para el Ángel de la Guarda, para cruzar el terreiro, para jugar búzios, finalmente, sin tener un vaso de agua del lado.


El agua que se junta en la cascada, es agua batida en las piedras, en las cuáles vibra, crepita y se libra de todas las impurezas, así como el agua del mar, batida contra las rocas y las arenas de la playa, también acontece el mismo, por eso nunca se atrapa agua del mar cuando el aún está sin olas.


El agua de la lluvia, cuando cae es benéfica, pura, sin embargo, después de caerse en el suelo, se hace pesada, pues atrae a la sí las vibraciones negativas del local. Por ese motivo nunca se debe pisar en los albañales de las calles, porque las aguas de la lluvia pasando por los trabajos en las encrucijadas, carga para los albañales toda la carga y la vibración de los trabajos; conviene notar que los albañales más prójimos de la encrucijada son los más pesados, sin embargo no redime de carga, aunque menos intensa, los demasiados albañales de la calle.