jueves, 20 de marzo de 2008

Sabias Palabras

Bajo esta paradigmática frase deberíamos los religiosos razonar al respecto de un tema que a abatido con el correr de los años a nuestros cultos y que la misma frase ya describe por si misma.El ejercer la religiosidad afro-umbandista se a transformado como bien dice la frase “un kiosquito”, imaginemos por un segundo yendo a un lugar de estos a comprar un imperial de buzios, 8 o 16 caoris, una sineta y cuatro caramujos, si bien esta suposición no esta muy lejos de la realidad cabe destacar la realidad que afrontamos.

Antiguamente la Umbanda y el africanismo era la religión de los pobres, de los necesitados, aquellos que vivían en favelas, cantegriles o villas, hoy parece ser que se combate por ostentar el lujo y el bienestar económico de nuestros templos y Babalorixás a “costillas” del adepto seguidor y creyente en nuestro credo.Que nos paso? Será que la religión es tan hermosa bondadosa y compasiva que nos permite matarnos el hambre en el nombre de Orixá fulano u Exu mengano? Las exageradas cantidades de dinero exigidas por jefes para realizar una obligación a un hijo realmente exceden el bolsillo y la economía del fiel muchas veces esto provocándole problemas familiares dado que la exageración del precio del axé pone en riesgo la alimentación y muchas veces hasta la vivienda de ese hijo de fe y su familia, quedando el jefe de templo ante esa familia en una posición “no me importa nada” y a la vez padres de la avaricia a pleno.

Antiguamente los Babalorixás e Iyalorixás cobraban a sus hijos de santo para jogar buzios a sus el mínimo precio de un ave de dos pies para ser ofrecido a Orixá Bará Ajelú pues el es el Inter - Locutor del axé de buzios perteneciente a Orixá Oromilaia y a Orixá Oxum.Sin embargo hoy se cobran sumas monetarias desmedidas para consultar a dicho axé haciendo parecer al sacerdote encargado de interpretar la palabra de Orixá, una especie de Nostradamus que nos va a decir a que edad dijimos nuestra primera palabra y que fue lo que almorzamos el día anterior a la consulta con buzios.

Esto también sucede a la hora de cumplir diversas obligaciones religiosas, que antiguamente tomaban años en realizarlas y hoy por hoy se venden asentamientos, bajo la frase los Orixás reclaman u los caboclos quieren o los Exu piden y zas¡¡¡, por una rica suma de dinero se termina comprando axés y se olvida el GANAR axés, sin el previo consentimiento de Orixás, y de espíritus.Lo mismo sucede a la hora de ayudar a los hijos de fé u algún paciente, se cobran servicios extremadamente caros, y se piensa “ Dios soluciónale el problema a este gil, que con la plata del gil me quedo yo”, acto que enloda nuestra fe nuestra religión nuestro linaje y nuestra posición ante la comunidad y la sociedad.

Mãe Paula de Obá – Pai Sebastián de Bará Lodê